Biography:
José Andrés, el Tingo (64) pasa la mayor parte de su tiempo pescando en una presa abandonada, una actividad que combina con su trabajo, que consiste en suministrarle el agua a la comunidad. El Tingo construyó con sus propias manos un sistema rústico compuesto por pedazos de mangueras, y de este modo el agua que baja de las montañas la almacena en una cisterna subterránea. El Tingo se conoce el monte como la palma de su mano. Aún así, prefiere que no le agarre la noche, no por temor a perderse, sino porque le aterra la oscuridad. Estar en medio de la nada le produce un mal augurio que le recuerda a la muerte.